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domingo, 21 de noviembre de 2010

¿Es un tutivillus, un chivato o un simple ladrón de libros?

Por la Biblioteca del Museo Etnográfico de Castilla y León

Hace ya unos meses un compañero del Museo me mostró una tabla de pintura hispanoflamenca castellana conservada en el Monasterio de las Huelgas de Burgos. Esta tabla representa a la Virgen de la Misericordia que, con amplio manto extendido, cobija a la familia de los Reyes Católicos junto al Cardenal Pedro González de Mendoza y, ya que está, también cobija a las máximas autoridades de la comunidad cisterciense con su abadesa al frente. Sobre el manto protector destacan dos diablillos, el de la izquierda aparece con unas flechas o lanzas en actitud de “liarla parda” y, a su vez (aquí viene lo que nos interesa), el demonio de la derecha aparece como largándose sigilosamente con un hatillo de libros.




A esta figurilla tan llamativa se le han dado varias interpretaciones, aunque la opinión mayoritaria de los expertos en el tema no tienen dudas en la identificación del bichito este como un “Tutivillus” (también responde al nombre de Titivillus o Tintillus).  Así, el profesor Yarza (Yarza Luaces, 1996) dice literalmente: “¿Quién podría ser este individuo sino el Titivillus merodeador de bibliotecas portador aquí de los volúmenes de que se nutren éstas?”. Vemos aquí entonces la figura del Tutivillus como la de un diablillo que disfruta revolviendo y desordenando bibliotecas, es decir, el típico usuario puñetero que todos nos hemos encontrado alguna vez (para el próximo usuario de estos que nos encontremos ya sabemos como llamarle).

Otra interpretación que se le da al demonio con libros de la tabla de las Huelgas de Burgos es que, acompañado por su colega de las flechas, es un diablo caza almas, que anota en los libros que porta todos los pecados de los hombres y que ellos, amablemente, se encargan de recoger y transcribir para el día del Juicio Final, resultando ser, entonces, algo así como los precursores del “macartismo”.
“Acusica Barrabás, al infierno irás” cantábamos de niños en el colegio… En este caso, parece que el hecho de ir al infierno no le importaría demasiado al diablillo ¿no?.

En realidad, todo es mucho más simple de interpretar, estoy casi seguro que lo que el autor de la tabla (se le atribuye a un tal Diego de la Cruz) quería decir es que a todo aquel que robe libros de una biblioteca o que no devuelva los libros prestados por un amigo, le saldrán cuernos, pezuñas y cola.

Realmente no tengo argumentos para demostrar esta teoría pero, quien dude de ella que se palpe la frente por si acaso…

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