Otilio Vega, de profesión fotógrafo

Por la Biblioteca del Museo de Zamora

Pasada esta Semana Santa, pasada por agua, si, y se han visto muchas cámaras de fotos súper profesionales, que casi hay más fotógrafos (expertos o aficionados, y entre estos últimos me encuentro, que me encanta) que cofrades en las filas. Es por esto que se me ha ocurrido rescatar a uno de los fotógrafos zamoranos que forma parte de la muestra que actualmente está expuesta en tres salas de exposiciones de Zamora, en el Museo Etnográfico, en la Biblioteca Pública y en el Museo de Zamora, de la cual ya hablamos de forma general hace un par de semanas.

Se trata de Otilio Vega, fotógrafo nacido en un pueblo de Zamora, Aspariegos, en 1918. Se dedicaba a viajar por los pueblos de las comarcas zamoranas de Tierra de Campos, Sayago y Aliste, retratando las vidas de los habitantes, de la Zamora del blanco y negro.

Me cuenta una compañera del Museo que recuerda cuando llegaba el fotógrafo al pueblo y les hacía aquellos retratos de familia numerosa que, entonces, casi había que cambiarla todos los años. Llegaba en su bicicleta con los aperos necesarios, colocaba a la familia de espaldas a una pared blanca y los retrabada para la posteridad.

A mediados del siglo XX se trasladó a la capital y entre 1959 y 1965 fue fotógrafo de El Correo de Zamora. Tenía su laboratorio establecido en su casa, donde hacía fotos de carné y de familia numerosa. Y para las salidas por la provincia, en su automóvil instaló un pequeño laboratorio, que le resolvía en las prisas de las entregas inmediatas.

Fiesta del Corpus en Aspariegos (1957)

Accidente en la línea Zamora-Puebla de Sanabria (1962)

Entonces, saber y poder hacer fotografías era algo muy limitado a unos pocos; ésto hoy en día ha evolucionado muchísimo la tecnología y está al alcance de todos. Aunque personalmente, la idea de estos laboratorios móviles de entonces y las impresoras del siglo XXI no ha variado mucho cuando existe la urgencia, ya que recientemente nos hicimos una foto familiar y el fotógrafo, de la familia, en diez minutos nos regaló la foto, retocada y enmarcada.