Por
la Biblioteca
del Museo Etnográfico de Castilla y León
El
próximo jueves celebraremos el «Día de Todos los Santos», este es un día en el
que casi de modo inconsciente nos acordamos de todas aquellas personas a las
que hemos querido (y seguimos queriendo) pero que ya no están con nosotros.
Estoy seguro que todos nosotros tenemos algún recuerdo de infancia relacionado
con esta fecha. A mí siempre me viene a la cabeza la imagen de las señoras
limpiando las lápidas de sus muertos en el cementerio de mi pueblo y lloviendo,
siempre lloviendo. Ese es mi recuerdo.
En
la cultura popular la muerte siempre ha estado presente en forma de ritos,
celebraciones y supersticiones de todo tipo. Esa cercanía con el hecho de la
muerte es algo que hoy ya, por suerte o por desgracia, se ha ido difuminando y
perdiendo con el paso del tiempo.
Un
ejemplo de esta convivencia con la muerte se da en el precioso pueblo
salmantino de La Alberca, aún hoy, todas las tardes, a última hora del día, la «Moza
de las Ánimas» recorre las calles de la localidad haciendo sonar una esquila
mientras recita una oración por las ánimas del purgatorio. Aquí podéis escuchar
esta oración y el tañido de la esquila en una grabación realizada por Ángel
Carril en los años ’80.
Asimismo,
durante siglos, el 2 de noviembre, «Día de los Difuntos» era habitual comer sobre la tumba de un ser
querido y, aunque se prohibió en el IIº Concilio de Braga del año 572, se
continuó haciendo en Castilla y León hasta que el obispo astorgano Pedro de
Acuña lo prohibió expresamente bajo pena de excomunión en 1553:
«Por quanto
es venido a nuestra noticia que en muchas villas y lugares de este nuestro
obispado ay una perniciosa cosa, costumbre y abuso: que el Día de los Finados,
que se celebra al día siguiente de Todos los Santos, cada año van a comer sobre
la sepultura de sus finados, lo qual paresce mas rito gentilito que hecho ni
obra de buenos cristianos»
Este año no
podré acudir a mi pueblo para comprobar si las señorucas siguen limpiando el
barro de las lápidas, pero lo que parece que no faltará a su cita es la lluvia.
Entre las nubes, aparecerá, también como siempre, el sol de los muertos… pero
esa es otra historia.
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