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miércoles, 1 de octubre de 2014

Me pone un kilo de libros, por favor…

Por Biblioteca Museo Etnográfico de Castilla y León

Todos a los que nos gusta disfrutar de un buen rato de pedaleo sabemos que - además de ser bueno para el corazón, la salud y todo eso – reporta una serie de beneficios intangibles o imponderables difíciles de explicar.

En bicicleta podemos disfrutar más de los paisajes por los que pasamos y estamos más receptivos y más sensibles a los detalles que van apareciendo delante de nosotros.
Así, casi sin querer, aparecen ante uno pequeñas maravillas que te alegran el día y que la mayor parte de las veces nos pasan absolutamente inadvertidas.

Por ejemplo, pedaleando por el Canal de Castilla, a la altura de Corcos (Valladolid) te encuentras la esclusa 40 del canal, rodeado por las ruinas de la vivienda del esclusero y una antigua harinera también ya ruinosa. Disfrutando de este maravilloso conjunto un cartelito llama la atención y si te acercas podrás leer un bonito mensaje que una mano anónima ha dejado para el visitante:


"Dejar el mundo mejor de lo que lo encontramos debe ser nuestra labor"

Pedalear despacito y sin prisas por los pueblos que se van cruzando en tu camino es otro de esos pequeños placeres que te da la bicicleta y que te dejan curiosidades para el recuerdo. Este último domingo, sin ir más lejos, mientras buscábamos una panadería en Renedo de Esgueva (Valladolid) apareció esta maravillosa tienda que vende libro viejo, vinilos y antigüedades de todo tipo.
La tienduca merece una visita y lo que sin duda merece estar en un blog de libros y bibliotecas es poder comprar un kilo de libros a muy buen precio…

En Renedo de Esgueva (Valladolid), a cinco euritos el kilo

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