lunes, 4 de abril de 2011

Zamora bajo los Astros

por la Biblioteca del Instituto de Estudios Zamoranos

La semana pasada se representó en el Teatro Principal de Zamora la obra “Zamora bajo los Astros”, única obra dramática de Tomás Segovia, poeta fundamental para la lengua española. Nace en Valencia en 1927 y se cría en Madrid, pero muy pronto conoce el exilio, primero en París, después en Casablanca y, por último, en México. Fue en México en el año 1959 donde escribió esta obra, y es aquí en Zamora donde se ha representado por primera vez en España por la Compañía de Teatro de la Universidad de Alcalá.

La obra recibe en 2005 el premio de literatura latinoamericana y del Caribe "Juan Rulfo" y se sirve de los hechos acaecidos en el otoño de 1072 en la ciudad castellana durante el Cerco de Zamora, que desembocarán en la muerte del rey Sancho II de Castilla a cargo de Vellido Dolfos.
Según la tradición, el reino correspondía al hijo mayor, pero anteponiendo el amor paterno al deber patrio, el rey Fernando I a su muerte divide el reino entre sus hijos, otorgando a Sancho Castilla, León a Alfonso, Galicia a García, y deja para sus dos hijas, Elvira y Urraca, las ciudades de Toro y Zamora.

No fue el reparto del gusto del primogénito Sancho, pues a poco de morir su padre, y desoyendo los consejos del Cid, emprende guerra contra los hermanos. Arrebató Galicia a García, haciéndole prisionero, Alfonso tuvo que huir a Toledo bajo la protección del rey moro Mamum, y después de tomar Toro, puso cerco a Zamora, “la bien cercada”.
Tras siete meses de asedio, y dispuestos los zamoranos a seguir resistiendo, sale del fuerte recinto un forastero, avecindado en la ciudad, llamado Vellido Dolfos, que consigue ganarse la confianza del rey Sancho; ambos van juntos un día a recorrer las cercanías y observar una de las puertas de la muralla, por la que Vellido le dice podría ser tomada la ciudad, y en un descuido del Rey, el traidor y fingido amigo atraviesa la espalda del soberano con una lanza, dejándole mortalmente herido, y se refugia en la ciudad por el hasta hace poco tiempo llamado “Portillo de la Traición”.
Los castellanos, ya sin rey, levantaron el cerco a Zamora.
El Rey Alfonso VI regresó de Toledo y después de prestar juramento ante el Cid Campeador de “no haber tenido arte ni parte en el asesinato de su hermano” tomó posesión del reino. En extremo rencoroso y vengativo, desterró al Cid, antes había mandado atar a Vellido Dolfos a las colas de cuatro caballos muriendo de esta manera descuartizado.

Todo está en el romancero de Zamora. Ruindades e hidalguías, amores y ambiciones, templanzas y discordias; lealtades, noblezas, gallardías; y también traiciones, afrentas, crímenes, venganzas…en fin, la vida misma.
En la biblioteca del IEZ tenemos varios ejemplares del Romancero de Zamora, y de la edición que con motivo de ésta representación teatral ha editado el Instituto.
Aquí os dejo este romance, uno de los más conocidos del Cerco de Zamora :

¡Rey Don Sancho, rey don Sancho!, no digas que no te aviso,
que de dentro de Zamora un alevoso ha salido;
llámese Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Vellido,
cuatro traiciones ha hecho, y con esta serán cinco.
Si gran traidor fue el padre, mayor traidor es el hijo.
Gritos dan en el real: -¡A don Sancho han mal herido!
Muerto le ha Vellido Dolfos, ¡gran traición ha cometido!
Desque le tuviera muerto, metiese por un postigo,
Por las calles de Zamora va dando voces y gritos:
- Tiempo era, doña Urraca, de cumplir lo prometido.


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