Pues bien, imaginaros la mudanza de una biblioteca con 16000 ejemplares (para llorar ¿no?), pues después de tanto mover, empaquetar, desempaquetar, colocar, volver a mover, etc. encuentras publicaciones cuanto menos curiosas, algunas que ni sabías que estaban entre los fondos de tu biblioteca.
Una de esas publicaciones que me ha llamado la atención y que quería compartir con vosotros es la obra titulada “Historia del coche”, de Luís Soler, editada por la editorial Cigüeña en 1952. Está en nuestra biblioteca donada por D. Enrique Fernández Prieto, cronista oficial de la ciudad y abogado que creo ya os he contado nos donó toda su biblioteca al fallecer.
Es la historia del coche, pero del coche de caballos, recoge desde el carro primitivo en adelante, todo el proceso del vehículo, hasta llegar a sus últimas formas, con una amplia colección de grabados que muestran la evolución del coche a través de los siglos, así como los preciosos caballos egipcios, asirios y griegos.
No se sabe con exactitud cual es el origen de los carros de la antigüedad, pero si nos dejamos llevar por la leyenda la invención del carro es de Neptuno o Minerva.
El caballo parece haberse empezado a usar por el hombre en tiempos de la invasión de los hyksos a Egipcio, según consta por prueba documental en aquel país. Al principio fue pequeño y utilizado sólo para arrastrar vehículos. Sólo mucho más tarde llegó a montarse.
Ya unos siglos después las gentes distinguidas viajaban en litera o andas y por las ciudades en silla de mano o a caballo, por lo común en mulas, particularmente los médicos.
Pues bien, esta es una de las muchas obras curiosas que he ido encontrando al empaquetar los libros y que podeis consultar en nuestra biblioteca, si es que algún día terminamos la mudanza. Ya os iré informando sobre las novedades de la misma y sobre la nueva sede de la Biblioteca del IEZ, aunque probablemente alguno de vosotros ya haya estado allí antes…
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