lunes, 24 de enero de 2011

Una mirada al pasado

por la biblioteca del Instituto de Estudios Zamoranos "Florián de Ocampo"


                                                             


 Esta semana desde la biblioteca del IEZ, queremos compartir con vosotros uno de esos libros que nos hacen volver la vista atrás, e imaginar como era nuestra Zamora hace ya unos pocos años.

Os hablo de la primera edición de un libro cuyo manuscrito era ya un clásico para estudiosos e investigadores, pero que hasta su edición permaneció en el anonimato para el resto de las personas amantes de los temas zamoranos.

El original de la Descripción histórica de la Ciudad de Zamora, su provincia y Obispado es un volumen de 310 páginas en cuarto, redactado a finales del siglo pasado por Don Antonio Piñuela Ximénez y que por diversos avatares ha permanecido custodiado en el Archivo Parroquial de San Pedro y San Ildefonso de la ciudad de Zamora junto a una carpeta con documentos justificativos de los méritos y actuaciones del autor.

En él se describen la Catedral y las iglesias parroquiales, los conventos de religiosos y religiosas, el Seminario, los hospitales y centros de beneficencia, las ermitas, los establecimientos civiles, y otras cosas particulares como censos, personajes zamoranos distinguidos, cuerpos santos y reliquias y finalmente otras comunidades religiosas del obispado, aportando noticias y anécdotas curiosas e interesantes, muchas de ellas inéditas, para completar el estudio histórico de la ciudad.


La apuesta por el progreso, el deterioro ocasionado por el paso del tiempo o el simple propósito de construir y modernizar han sido los principales factores que han acortado la vida de emblemáticos edificios zamoranos contribuyendo incluso a su total desaparición.
Conventos, ermitas, iglesias y palacios forman parte del patrimonio perdido de Zamora.
Por poner un ejemplo, en los solares que quedaban tras la desaparición de estas construcciones aparecieron nuevas plazuelas, por lo que cada plaza actual es fruto del derribo de un monasterio o una iglesia, como la plaza de San Martín, o el actual mercado de Abastos, donde estuvo la parroquia de San Salvador de la Vid.

Sin duda, esta publicación nos ofrece el recuerdo de una ciudad diferente.

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