martes, 19 de junio de 2012

La iglesia de San Nicolás de Bari, en Villalpando (Zamora)

Por la Biblioteca del Museo de Zamora

Hace un par de semanas estuve en Villalpando, a visitar a un familiar. Aparcamos en una de las plazas del centro de la villa, en la plaza de San Nicolás de Bari, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre. Salía de allí en ese momento el párroco de la iglesia y nos ofreció visitarla (ya que en todas las ocasiones que hemos estado por allí se encontraba cerrada, y nos pareció un ofrecimiento fenomenal). Su interior, enorme, o eso me lo pareció a mí. Con un gran retablo en madera, que presidía el altar mayor, me gustó un cuadro de Antonio Pedrero, que representa el Voto de Villalpando, Voto de la Villa en honor de la Concepción Inmaculada.

Iglesia parroquial de San Nicolás de Bari en 1978. (Imagen extraída de la publicación)
Se trata de un templo del siglo XII, de estilo mudéjar, edificada por los hermanos Lorenzo Pedro y Domingo Pedro, canónigos de San Isidoro de León, quienes la donaron en 1174 a la Real colegiata y confirmada esa donación en 1176 por el Papa Alejandro III.
Originariamente fue construida con tierra, canto rodado ladrillo y piedra en las pilastras y parte de la torre, con una superficie de 402’50 metros cuadrados y una altura media de 8’24 metros.
A lo largo del tiempo sufrió muchas remodelaciones, la más importante en el siglo XVIII, cuando se sustituyó el artesonado mudéjar por las bóvedas, construcción de pilastras y arcos interiores,…
Es a mediados del siglo XX cuando comienza un proceso de remodelación, primero en proyecto y con el paso del tiempo se logra que en 1988 el Ayuntamiento conceda la licencia municipal apra el derribo parcial de San Nicolás, donde se tenía que respetar la torre y la cabecera mudéjar.
Comenzaron entonces los derribos, desmontes, desescombros, desmontaje del reloj, las campanas,… hasta que en 1992 comienza la reconstrucción del templo, que durará hasta el 25 de agosto de 1996 cuando tiene lugar la Dedicación de San Nicolás por el entonces Obispo de Zamora, D. Juan María Uriarte.




Todas estas cosas nos las contó el párroco del templo, y recordaba como durante el derribo muchachos del pueblo colaboraron con la recogida de material resultado del derribo que podría servir para reutilizarlo en esa magnífica reforma.

La consecuencia de ese trabajo de remodelación es un templo magnífico al que os invito a conocer.

Y si no surge ir a Villalpando, siempre se puede consultar la publicación Parroquias, archivos y cofradías de Villalpando, de Luis Calvo Lozano, Pablo Román Allende y A. Tomás Osorio Burón, de donde he extraído lo que arriba os cuento, y está disponible en la Biblioteca del Museo de Zamora.

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