miércoles, 2 de marzo de 2011

Lagos de leyenda en Castilla y León

Por la  Biblioteca del Museo Etnográfico de Castilla y León

El pasado lunes, mi compañera de la Biblioteca del Instituto de Estudios Zamoranos nos narró la leyenda del Lago de Sanabria.  En mi opinión, las leyendas que se localizan en lagos y pozos tienen una gran ventaja sobre otro tipo de narraciones y ésta no es que otra que la posibilidad real de ir a ver con nuestros propios ojos un auténtico escenario de leyenda.

Hoy, aprovecharemos este blog para sobrevolar juntos el rico patrimonio oral lacustre de Castilla y León y tener así la excusa perfecta para ir visitándolos uno a uno ahora que dentro de poco comienza el buen tiempo.

Lago de Isoba (León)
Podemos comenzar nuestra visita por la leyenda del Lago de Isoba (León), no vamos a poder contar en profundidad cada una de las leyendas de los lagos que visitemos, pero en este caso, vamos a tomar la leyenda del Lago de Sanabria y sustituiremos a la pobre familia de panaderos por una ‘pecadora’; el peregrino hambriento y cansado posiblemente fuera el mismo… el asunto es que en vez  de decir lo del bordón, en este caso dijo: “Húndase Isoba / menos la casa del cura / y la de la pecadora”… A partir de ahí, el conocido caos que dio lugar a la formación del lago de Isoba.

El origen del también leonés Lago de Carucedo parte de una preciosa - aunque algo típica - historia de amor entre dos jóvenes humildes y el habitual señor feudal que se quería ‘beneficiar’ a la muchacha. Parece ser que el joven asesinó al señor y se largó del pueblo pero sin olvidar a su amor de siempre. Visto el plan, el chaval se metió a monje y destacó por su buenas obras. Con el paso de los años y creyendo todo olvidado volvió a profesar a la abadía de Carucedo. Un buen día, el joven monje ya convertido en prior, pudo reconocer con sorpresa a su antigua amada, que deambulaba por la zona con tal apariencia que los lugareños la tomaban por bruja. Tras reconocerse, surgió de nuevo el amor más apasionado, razón por la que el enamorado prior olvidó los votos hechos al Señor, a quien no le pareció bien que el amor siguiera su curso, por lo que desde lo alto de la montaña brotó una violenta catarata que sepultó a los amantes bajo sus aguas e inundó por completo la abadía que según la leyenda duerme bajo las aguas del lago.

Pasamos ya a la montaña palentina y visitamos el Lago Curavacas que, a falta de una leyenda tiene hasta cinco historias en su haber. Una de las leyendas dice que el pozo brama cuando el mar se enfurece, ya que el lago en realidad está unido al mar mediante un brazo de agua subterráneo. Esta misma leyenda se repite en el Lago del Ausente (León) y en la Laguna Grande de Gredos (Ávila). En ésta última Laguna Grande de Gredos, también se dice que en el fondo de la laguna habita una hechicera que con sus artes logra que la muchacha que se mira en el espejo de sus aguas se case antes de que transcurra un año desde el día en que se viera reflejada esta imagen; parece que esta acuática celestina trabaja deprisa…

Laguna Grande de Gredos (Ávila)

Pero volvamos al palentino lago Lago Curavacas, la leyenda principal asociada a este pozo arranca cuando un carretero de Llánaves de la Reina fue sorprendido en su camino por una tremenda nevada. El caso es que el carretero se había llevado a su único hijo en el viaje, pero la cosa estaba tan fastidiada que, dejando bien arropado en el carro al pequeño, decidió abandonar la yunta para ir a pedir auxilio a un pueblo vecino. Comenzó a andar pero con la ventisca se perdió y pasó la noche entre peñas y montañas, andando, cayendo y volviendo a andar. Finalmente llegó al pozo de Curavacas y se sentó al ver sus aguas serenas a descansar. De pronto, se levantó de la superficie del lago una nube que subió hasta tocar el cielo y el pozo comenzó a bramar. El carretero quiso escapar pero no podía ya que del medio del lago se abrió un abismo del que surgió una enorme serpiente dispuesta a engullir al carretero. Éste ya viéndose perdido tuvo tiempo para ofrecer a San Lorenzo diez libras de cera si lo libraba de aquel mal y…oye, mano de santo (nunca mejor dicho), ya que la sierpe desapareció y el carretero pudo escapar hasta llegar a Cardaño donde le esperaba su hijo perfectamente sano, que le explicó al maravillado padre que fue San Lorenzo quien lo había traído.

Bufffff, me quedan pendientes varias leyendas de lagos, pero resultaría un post ya muy largo y aburrido. Destacaría también la Leyenda del Lago San Vicente (Burgos) y la virtud de Santa Casilda o la mítica leyenda de La Laguna Negra (Soria) recogida y versificada por Antonio Machado en La tierra de Alvargonzález.

Los lagos han sido – y son - tradicionales espacios de misterio y leyenda en todo el mundo. No hay mitología ni tradición oral de ninguna cultura que no tenga a pozos o lagos en su imaginario. Así,  recomiendo la publicación “Los lagos y sus leyendas”, magnífico trabajo de recopilación llevado a cabo por Laurentino Ruesga y que podéis consultar en la biblioteca de este Museo.

En cualquier caso, estas leyendas son una excusa perfecta para visitar cada uno de estos lagos, tumbarnos en la orilla y, dejándonos llevar por el sopor de una calurosa tarde,  soñar con cuántos mitos o leyendas pasen por nuestras cabezas.

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